"Paso por el cuerpo"

un camino hacia lo expresivo

La Luciérnaga – agosto 2005


Construyendo una presencia

En estas líneas intentaré trasmitirles lo esencial de mis conclusiones, después de estos años abocados a investigar la cotidianeidad del arte de expresarse.
Aquella inquietud y deseo profundo que se encuentra en el estudio y la práctica de los idiomas, del habla, del canto, del teatro, del clown, de la narración, del movimiento, de la danza, de la música, de los juegos circenses, de la improvisación...


Hace poco, leyendo "el cuerpo poético" del Lecoq, tuve la confirmación de que la gran dificultad que se nos presentaba en el momento de expresarnos no estaba en el objetivo: en nuestro discurso, en el texto, en la partitura…, sino en el manejo de todos los otros aspectos que conforman nuestra presencia: el cuerpo, la voz, la expresión facial, las estados...
Me asombró escuchar declaraciones que confirmaban la presencia en lo expresivo de dos mecanismos, omnipresentes tanto en lo cotidiano como en lo artístico:
- la clave para lograr expresarse de manera rica y fluida, se resume en pocas palabras: pasar por el cuerpo. "Su cuerpo manda señales que no son o que dicen otra cosa que la situación, entonces es tu cuerpo quien te hace actuar de otra manera. Debes descubrir, no inventar. Hay que tener oídos para descubrir a un texto, es el cuerpo quien escucha, sufre, padece, espera..."
- el no pasar por el cuerpo tiene consecuencias altamente negativas. Escuchen el comentario de un actor conocido que pasó por esta escuela. "En un momento, me fui sincerando y fui reconociendo de que me sentía un actor pésimo y el trabajar en la escuela me permitió vislumbrar dos alternativas: aprender a vivir, habitar mi cuerpo, osar la metamorfosis, llegar a aceptar lo que es la vida; a través de lo monstruoso, ver el vacío, la angustia... parirse o seguir siendo un títere, un patán con atuendos."

El "paso por el cuerpo" es todo un desafío, un deseo. ¿Pero cómo?

Este camino tiene dos caras, como todo: la sensación de un posible, de algo que nos permitiría "ser" y por otro lado, al conectarse, el darse cuenta de enormes dificultades, de un camino arduo, que generalmente se traduce por impaciencia o por sobre esfuerzo (maldita cultura nuestra, influenciada por los militares y…, que recomienda "el poner el pecho", "tomarse a pecho", el padecer, como cualidades humanas que no producen más que endurecimiento).

Pero Moshe Feldenkreis, el inventor de una técnica corporal basada esencialmente en la observación, en el mínimo esfuerzo y el sin-cerrarse (como lo indica el título de uno de sus libros: la dificultad de ver lo obvio), insistía con sus alumnos para que acepten la idea de que "el solo hecho de darse cuenta representaba 80 por ciento del trabajo hecho." Sería el primer paso el sin cerrarse, el "bajar los decibeles."

El segundo paso es la experimentación permanente tanto en lo cotidiano como en lo artístico, el ensayo. Experimentación que depende fundamentalmente del abandonar y distanciarnos de los caminos de la exigencia, de la crítica (ver nota), de la lucha por el resultado, y abrirnos paso por los caminos de la improvisación, de la experimentación de todos los instantes. En su libro "Free play - la improvisación en la vida y en el arte" (Paidos), Stephen Nachmanovitch cita a Igor Stravinsky que pone a la misma altura el crecimiento físico y el crecimiento espiritual, humano: "el acto mismo de escribir mi obra en el papel, de hacer la masa, como solemos decir, es para mí inseparable del placer de la creación. Por lo que me concierne, no puedo separar el esfuerzo espiritual del esfuerzo físico; me enfrentan en el mismo nivel y no presentan una jerarquía."


El tercer paso, es el de la observación, el familiarizase con los” vericuetos” de la "lectura" corporal - vocal - humana de lo que está sucediendo. A medida que uno va avanzando, se sorprende al observar que "todo tiene que ver con todo", abriendo camino hacia la integración de todos los elementos que conforman a mi presencia: lo que es bueno para el cuerpo, también lo es para la voz y el ser - ej. trabajar en el cuerpo las dos sensaciones, el elevarse y el enraizarse, permite encontrar esos dos aspectos esenciales tanto en la voz (elevación del paladar y caida de los órganos del tracto vocal), en la respiración (sensación del como en el ser (abrir-se y tomar conciencia)... lo mismo pasa trabajando desde la voz o la mente.

El último paso, sería vivenciarlo, trabajando el cómo. Descubrirse otros movimientos, más amplios, más fáciles, más bellos, más placenteros, más profundos y lo repito tanto en lo cotidiano como en lo artístico.
Buscar este equilibrio siempre inestable entre opuestos aparentemente incompatibles como: metódico y espontáneo / reflexión y juego / libre y atento / voz hablada y voz cantada / firme y justo…, esta búsqueda permanente del punto de equilibrio, me parece ser el "resorte" de la vida, un permanente ida y vuelta, actitud que nos permitirá no volvernos monotemáticos, salir de ideas y mandatos, estar permanentemente en movimiento… encontrar una "presencia".



Quisiera terminar insistiendo sobre las ventajas del tomar conciencia de la presencia de una lista interminable de opuestos, les daré tres ejemplos favoritos:
voz hablada / canto - el no cambiar de postura corporal, de presencia, de personaje, de situación, cuando uno pasa del habla al canto, permite encontrar una forma auténtica, porque única de entrar en el canto y en el habla - lo que podríamos llamar el canto-habla, o como lo llama Miriam Jaskierowicz (The Voice – a spiritul approach to singing, speaking & communicating) : el Speakling.

Clown vocal / Improvisación vocal en movimiento sobre cantos étnicos - representan justamente dos opuestos que de a poco se convirtieron en los dos polos tanto emblemáticos como complementarios de mí enseñanza: “el clown evita al artista de caer en lo solemne, lo incita a tener humor, jugar y lo étnico le devuelve lo profundo, le permite teñirse de actitudes plenas y abiertas, llenas de libertad..."

Cotidiano y artístico - darse cuenta de que la base de los rituales es siempre un hecho cotidiano muy simple, pero llevado a cabo con todo el cuerpo y la voz, en un clima profundo y relajado. Lo artístico se vuelve sencillo-simple-espontáneo-sincero… y la vida cotidiana deja de ser un eterno padecer.


espero sus comentarios... pierre@cosasconartes.com.ar


nota:

el impacto devastador, en nuestras sociedades, de la idea, de la crítica, del juicio se merecía un comentario aparte. Impacta observar como la crítica ata y limita; es por eso que digo y repito que: "No existen voces desafinadas, feas sino voces “apagadas” que solo piden soltarse. No existen cuerpos torpes, rígidos sino cuerpos que piden movimiento." Me asombra el observar los beneficios que conlleva el incentivar a pasar por el cuerpo a personas tímidas, retraídas, tensas, preocupadas, sobre-exigentes, compulsivas..., olvidándose de a poco de todas las resistencias internas o corporales que tanto se hacen escuchar a través del yo crítico, siniestro personaje que suele ocupar a la fuerza la escena.

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